Seguro que muchas veces te has preguntado por qué el ser humano es tan chismoso. Y es que todos de alguna manera hemos pecado de chismosear en algún momento dado. Por consiguiente, hemos comentado algún chisme de trabajo y compartido noticias en el chat apenas nos enteramos.
Seguramente es inevitable que los humanos al ser seres tan sociables hablen de otras personas. De hecho, un estudio realizado por R. I. M. Dunbar, Anna Marriott & N. D. C. Duncan Duncan encontró que los hombres pasan 55% de las conversaciones en “la discusión de temas relevantes. Por otro lado, las mujeres pasan 67% del tiempo conversacional dedicado a lo mismo…o sea, al chisme.
Ser chismoso está en nuestro ADN
Ser chismoso nos ayudó a sobrevivir como especie. Al menos, eso es lo que aseguran algunos psicólogos evolucionarios. La teoría compara el chisme con la manera en que los primates se despiojan. Si bien puede sonar a chiste la verdad es que tiene sentido. Es decir, anteriormente los animales se limpiaban entre ellos como una manera de crear vínculos de apego. Nosotros en vez de quitarnos las pulgas y sucio, ahora hablamos para socializar. Y acá es donde entra el chisme, que puede ser definido como hablar sobre otras personas al repartir información social.
Asimismo, el chisme les da a los humanos la habilidad de repartir información valiosa entre varios grupos sociales. Similarmente ser chismoso juega un papel importante en el mantenimiento de grupos sociales a través del tiempo. Para empezar, hubiese sido imposible crear las sociedades modernas si no hubiésemos podido discutir problemas sociales y personales –léase, chismes.
Seguidamente, el chisme es de gran apoyo cuando la comunidad es demasiado grande para ser observada personalmente. De hecho, es la manera ideal para enterarse de las noticias en una sociedad. Y mientras más crecen las civilizaciones más importante es mantener una red de chismosos que la mantengan.
Adicionalmente el chisme también ofrece evidencia de un buen aprendizaje cultural. Es decir, aporta momentos de instrucción y ejemplos de lo que es socialmente aceptable y lo que no es. Por ejemplo, si alguien hace mucha trampa en un círculo social es común que los demás hablen negativamente de él. Como resultado la crítica colectiva sirve como advertencia de las consecuencias de la trampa excesiva. El boca a boca eventualmente llega a la fuente del chisme. Por lo que ayuda a mantener a las personas moralmente a raya, por así decirlo.
El chisme bueno y chisme malo
Claro está que algunos tipos de chisme deberían ser evitados, especialmente el chisme dañino que no tiene mayor propósito. O sea, los comentarios malvados sobre la apariencia de alguien, por ejemplo. Es inútil debido a que no estás aprendiendo nada y nadie se beneficia, solo causa daños.
Adicionalmente hay que tener en cuenta de la diferencia entre la participación activa y pasiva en el chisme. Cuando una persona escucha comentarios antisociales sobre un individuo o alguna injusticia, su corazón se acelera. Pero cuando pueden chismear activamente sobre el individuo o la situación es común que el corazón se desacelere. En resumen, el acto de ser chismoso o chismear calma el cuerpo.
Por otro lado, el chisme también promueve la cooperación al transmitir información importante. Esto puede ser útil cuando alguien comenta por ejemplo que “tu reputación te precede.” Aunque es importante recordar que difundir o no corregir chismes que sabes son falsos no tiene ningún beneficio social.
Es bueno ser chismoso

Puede sonar extraño, pero para muchas personas el chisme solo es algo negativo. Aunque es todo lo contrario ya que el chisme puede beneficiarnos. En un estudio las personas escucharon chismes positivos y negativos sobre ellos mismos, sus amigos, y celebridades. Seguidamente se comprobó que al escuchar los chismes hubo más actividad en el córtex prefrontal. Esta parte del cerebro es clave para ayudarnos a navegar comportamientos sociales complejos. Es por ello que todo tipo de chisme, negativo o positivo, sea personal o de otros, nos ayuda en nuestras habilidades cerebrales.
Por otro lado, a través del chisme una comunidad puede identificar miembros que han sido egoístas y expulsarlos del grupo. Un estudio reveló que cuando las personas están informadas de los malos comportamientos anteriores de los demás, toman mejores decisiones. Armados de conocimiento las comunidades pueden expulsar a personas que han sido individualistas y no cooperan con el grupo. De esta manera es posible construir comunidades más armoniosas que trabajen por el bien común.
Ciertamente ser chismoso también tiene influencia en las relaciones de los seres humanos. Para participar en el acto de chismear debes sentirte cercano a las personas. Definitivamente hay una intimidad al compartir experiencias y sentir que estás en la misma página que otro individuo. De hecho, los científicos han comprobado que el chisme ayuda a combatir la soledad. Por otro lado, facilita la cercanía y el apego social con los demás. Y finalmente, también puede servir como un modo de entretenimiento.
Sin duda, ser chismoso paga bien. Así que la próxima vez que estés hablando con alguien y la conversación inevitablemente incluya chismes, no tengas miedo. Siempre y cuando tenga las intenciones correctas el chisme te hará más bien de lo que imaginas.
Y tú, te considera chismosa/o? Atrévete y dínoslo aquí Facebook y Twitter. Y claro, sigue visitando Somos Chismosos para mas chismes picantes.
